La Barriada/Martín Aguilar/Lo que bien se aprende, jamás se olvida

Martín Aguilar

Conforme avanza el quinto año de gobierno, el Presidente Andrés Manuel López Obrador pierde poder, lo que puede convertirse en un riesgo para la nación.

Ya no domina el Congreso de la Unión. La oposición se convirtió en un dique que le impide reformar la Constitución.

El bloque más fuerte de Morena está en la Cámara de Diputados pero es simple mayoría aún y con sus aliados.

La Cámara de Senadores se maneja en un vaivén político, según el trato que recibe el coordinador de Morena, Ricardo Monreal.

La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) no quedó en manos de Yasmín Esquivel, su candidata favorita.

Norma Piña, la titular del Poder Judicial le devolvió al Estado el urgente equilibrio de poderes.

De hecho, durante su conferencia de ayer, López Obrador se jactó al decir que Norma Piña es presidenta de la SCJN por él.

La sucesión de sus aspirantes sirvió para crear discordia, conflictos internos y golpes bajo la mesa entre la militancia y servidores públicos.

Cada quien tiene su propia ruta y agenda. No se sabe si son candidatos o funcionarios. Lo suyo es promocionarse sin importarles violar la ley.

En la Ciudad de México, hay tantos aspirantes para suceder a la jefa de Gobierno, que un día uno despunta en las encuestas y al siguiente desaparece.

El Plan B de la reforma electoral, corre el riesgo de ser descarrilado por las numerosas impugnaciones de la oposición.

La próxima marcha en defensa del INE, programada para el 26 de febrero, de nueva cuenta sacó de quicio al Presidente.

El mayor temor del mandatario es que la sociedad civil ha despertado con mucha más fuerza que en otros momentos.

Los gobiernos de Estados Unidos y Canadá llegaron a Palacio Nacional a marcar la ruta que debe seguir el gobierno de la 4T. No hay nada distinto al pasado.

El juicio en contra del ex secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna sirvió de distractor y pretexto para atacar al sexenio de Felipe Calderón.

Lo anterior es un escenario que no es nada distinto al de gobiernos anteriores, cuando el Presidente en turno inicia el camino del ocaso.

Dentro de cinco meses, Morena considera tener candidato a la Presidencia para 2024. A partir de esa fecha la cargada se inclinará a favor del sucesor de López Obrador.

Así es que el titular del Ejecutivo va perdiendo el poder que despilfarró en polarizar a la sociedad inyectándole división y confrontación.

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