Sabedor de que no va a ser candidato por la alianza opositora, y que ni siquiera tiene la seguridad de que su propio partido lo vaya a postular para el Senado, Adrián Rubalcava Suárez deshoja la margarita sobre la propuesta de dar el brinco a Morena.
Para nadie es un secreto que el alcalde de Cuajimalpa ha venido sosteniendo pláticas con gente del gobierno capitalino, a fin de que se pase oficialmente al lado oscuro —como dicen ellos mismos—, cosa que entre los aliancistas es bien sabido.
Como uno de los alcaldes más fuertes de la oposición, Rubalcava Suárez fue mencionado entre los probables candidatos a la Jefatura de Gobierno de la CDMX bajo las banderas del PRI, PAN y PRD, pero se desinfló rápido.
Nadie niega que en Cuajimalpa su nombre es marca y que se ha apoderado de ese territorio, pero el problema con él es que no es confiable. Cada vez se menciona más que la 4T lo veía como su caballo de Troya en la alianza capitalina.
Si él quisiera podría asegurar la alcaldía para alguien de su gente, además de algunas diputaciones locales y federales, aunque su territorio no represente tantos votos, comparado con otros como Iztapalapa, GAM, Álvaro Obregón o Coyoacán, por ejemplo.
El asunto es que Adrián sueña con ser senador y eso no se lo puede garantizar el PRI, donde es claro ante la carencia de espacios, sus dirigentes nacionales se pelearán las pocas posiciones en la Cámara alta.
Ni modo que Alejandro Alito Moreno o su tropa se vayan a bajar para que el alcalde logre su anhelado sueño.
La dirigencia local del tricolor presume como su máximo activo en la CDMX a Rubalcava Suárez y con su nombre quieren negociar espacios. El alcalde sabe que sólo lo están utilizando para encarecer las negociaciones en la mesa aliancista.
En ese contexto es que enviados de Claudia Sheinbaum lo han querido reclutar desde hace tiempo y él se deja querer, pero las negociaciones están en stand by, pues en ambos bandos dicen que la otra parte pide mucho.
Los morenos quieren la alcaldía para ¡César Arnulfo Cravioto!, y a cambio le darían al alcalde un espacio para disputar un escaño en el Senado; Adrián dice que sí da el brinco, pero que su territorio ni en sueños, pues qué le diría a Carlos Madrazo, que ya se está moviendo.
Éste es otro tema pendiente en la alianza opositora, pues, aunque sean solamente unos 50 mil votos los que aporta ese territorio, un movimiento de Rubalcava Suárez podría partir lo que queda del maltrecho PRI, y con el PRD desecho, los aliancistas se verían muy endebles.
Las dudas del alcalde son si en verdad la jefa de Gobierno le podría cumplir, pues está el ejemplo de Julio César El Nenuco Moreno, a quien le prometen las perlas de la Virgen por vestirse de guinda y, aunque le respetaron la Venustiano Carranza, a él lo arrumbaron en San Lázaro.
El coqueteo sigue y Adrián está indeciso, pues vaya a donde vaya no tiene garantizadas sus aspiraciones.