Luego de que Alejandro Alito Moreno declarara el 12 de enero que el PAN tendría mano en la postulación de los candidatos de la alianza opositora a la Presidencia de la República y a la Jefatura de Gobierno, Adrián Rubalcava Suárez se derrumbó.
En pocas palabras, su líder nacional le estaba comunicando en público que ni soñara con la candidatura aliancista para la CDMX, porque esa posición la decidirían el panista Jorge Romero y su equipo.
Hace un mes, PAN y PRI se repartieron el pastel para éste y el próximo año. Acordaron que los de Alito definieran candidatos a Coahuila y Edomex, mientras los suspiritos azules lo harían para la Presidencia y la capital del país; al PRD ni lo pelaron.
La declaración encendió las alertas rojas en el PRI capitalino, pues su principal activo en la ciudad, con el que podían negociar jugosas posiciones, quedaba fuera de combate antes de iniciar la contienda.
Y el golpe se los había propinado su propio dirigente nacional, en aras de salvar el pellejo y tener oportunidad de ganar al menos una de las dos candidaturas en juego para este año; de otra forma no subsistiría.
Esto obliga a Rubalcava Suárez a garantizar que pueda poner a su sucesor en Cuajimalpa, además de diputaciones locales y federales. Él busca ser senador y de ahí tejer al 24, pero ni siquiera su propio partido le puede garantizar el lugar.
Luego de un arranque bastante complicado con el gobierno de Claudia Sheinbaum, el alcalde limó asperezas, al grado de que se volvió una especie de alcalde colaborador y porrista, pero no es suficiente.
Se ha sentado con enviados de la jefa de Gobierno para afinar detalles de su probable paso a las filas de la 4T, pero quiere esperarse hasta el final para tomar su decisión, pues le preocupa parecer un traidor ante su gente.
Es en este escenario donde aparece la figura del Partido Verde Ecologista de México, cuyo líder, Jesús Sesma Suárez, ha dicho que, aunque irán solos en alcaldías y diputaciones, serán aliados de Morena para la Jefatura de Gobierno.
Aquí es donde Adrián podría brincar al lado oscuro a través de los verdes, para que no se vea que vende su alma a los morenos, pues Cuajimalpa es antipejista. Además, ya alguna vez fue delegado por ese partido cuando abandonó el PRD.
Y es que, en las negociaciones con Morena y PT para la capital, el PVEM podría siglarlo en una de las posiciones para el Senado, y con toda seguridad se la respetarían.
Esto le daría la oportunidad de conservar su alcaldía y algunos puestos legislativos, sin abrirse completamente con la 4T, pues nadie sabe lo que pueda suceder con el obradorismo en la capital, donde en 2021 perdieron más de la mitad del territorio.
Quien debe andar preocupado es Israel Betanzos, dirigente del priismo local, pues ve cómo se le va su principal activo, por mucho que le quede Luis Quijano en Magdalena Contreras.
Si Betanzos sabe contar, que no cuente con Rubalcava.